Los cometas siempre apuntan con sus colas en dirección opuesta al sol. Siempre. Pero un telescopio de las Islas Canarias fotografió 3i/atlas, un enorme "antiguo" que apunta directamente a las estrellas. Polvo empujado por la radiación solar. No se ajusta a ningún patrón conocido. Y los profesionales preocupados prefieren no hablar de ello.
No era una foto cualquiera de un juego.El 2 de agosto de 2025, por la presencia del antiguo observatorio en sus canales: a 6.000 km de distancia, apuntan al Sol. La física dice que es imposible.Sin embargo, ahí está.
La cola que apunta al sol no se aleja de él
En todos los cometas conocidos, el viento solar aleja el polvo y el gas del Sol. Por tanto, sus colas siempre apuntan en la dirección opuesta.Pero 3I/ATLAS no sigue esta regla.La imagen tomada por el Telescopio Gemelo de Dos Metros (TtT) muestra claramente una estructura hacia la estrella: la "anti-cola".
La primera señal llegó en julio de 2025, cuando el Hubble registró la vestimenta del sol. Ahora, una imagen de España demuestra que no fue un error.Un verdadero evento.Y no hay ejemplos de lo que describe Cout.
Un visitante lleno de peculiaridades
El astrofísico Avi Loeb, según El Confidencial, enumera otras seis rarezas:
- 3 / Atlas es un millón de veces más rápido que 1,9 /'ouumuam muy rápido.
- Su trayectoria es casi exactamente igual al plano del planeta desde el sol.
- CORROSIÓN DEL NÍQUEL, algo que se encuentra en aleaciones industriales y no en presencia natural.
- Casi no contiene agua: sólo el 4% de su masa, aunque los expertos estiman que contiene mucho hielo.
- Una polarización de la luz muy rara, nunca vista en el mismo objeto.
- ¡Y la dirección de su llegada llegó a la parte del cielo donde se escuchó la famosa "señal wow"! Grabado en 1977
Cada una de estas anomalías se puede explicar por separado, pero todas llevan a la idea de que 3i/Atlas es una comedia más.
¿Qué es que no lo tenemos ante un cometa, sino ante alguien más?
Hasta el momento, la comunidad científica se muestra reticente a sacar conclusiones.No hay evidencia de tecnología, pero tampoco encaja en ningún patrón conocido de la naturaleza.Loeb afirma: Ignorar esto sería un error histórico.
Cuando un objeto exterior al sistema solar se comporta como nada que hayamos visto antes, la pregunta ya no es si es un cometa o no.
Pregunta: ¿Qué más podría ser?
